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Escuchar a mi paciente empleando la Inteligencia Emocional

La escucha activa como herramienta clave en los programas de coaching nutricional.


María Isabel Rabell Mañón

Nutritional y Wellness Coach


Como coaches, en nuestra consulta diaria se vuelve indispensable hacer uso de las diferentes dimensiones de la inteligencia emocional, entre ellas, considero indispensable desarrollar al máximo las competencias que conforman las dimensiones interpersonales de la empatía y la gestión de nuestra relación con el cliente; tales como la comunicación asertiva y la escucha activa. De esta última es que hablaré en esta ocasión.


La escucha activa es una de las competencias más apreciadas en nuestra profesión, y es una habilidad crucial en el coaching nutricional. Se trata de prestar atención de manera intencional y consciente a lo que el cliente está diciendo, tanto verbalmente como no verbalmente. Esto implica no solo escuchar las palabras que se están diciendo, sino también observar el lenguaje corporal y las emociones del cliente. La escucha activa permite al coach comprender mejor las necesidades y objetivos del cliente, lo que facilita la creación de planes de nutrición personalizados y efectivos. Además, fomenta una relación de confianza y respeto entre el coach y el cliente, lo que puede mejorar la adherencia del cliente al plan de nutrición y aumentar su motivación para alcanzar sus objetivos.



Como coaches debemos ser capaces de escuchar y comprender el mensaje completo desde el punto de vista del paciente. La escucha activa requiere un esfuerzo físico e intelectual que implica recibir el mensaje completo y entender su significado. Esta habilidad implica captar y reflejar adecuadamente tanto los contenidos como los sentimientos y emociones de la otra persona.


Los beneficios de la escucha activa en el coaching son numerosos. Por ejemplo, puede suavizar las tensiones y lograr la cooperación del paciente. Además, al satisfacer la necesidad de sentirse escuchado y comprendido, las personas suelen estar más dispuestas a colaborar y ser más receptivas.


Para mejorar las habilidades de escucha activa, los coaches debemos prepararnos física y mentalmente. La preparación física incluye estar relajado, mantener contacto visual y facial, y mostrar interés. La preparación mental implica concentración, tener la mente abierta y plantear preguntas para aclarar los significados.


Cuando hablamos somos protagonistas y trasmitimos sólo lo que nos interesa pero cuando escuchamos, nos llegan mensajes compartidos y otros que no lo son y se pierde concentración. Ello, tiene una base científica: el cerebro humano tiene una capacidad de pensamiento de entre 350 y 700 palabras por minuto. En cambio, la capacidad de procesamiento de mensajes hablados apenas supera las 130 palabras por minuto. La diferencia entre ambas capacidades se llena con pensamientos accesorios a lo que nos están diciendo.


La escucha activa es una tarea que requiere concentración y esfuerzo. A diferencia del habla, la escucha requiere una mayor capacidad de pensamiento para procesar el mensaje completo. Los elementos que facilitan la escucha activa incluyen la preparación psicológica, la observación del paciente y la expresión verbal y no verbal de la escucha.

Habilidades y técnicas para la escucha activa

Cuando se trata de la escucha activa, hay habilidades y técnicas que son especialmente útiles para asegurarse de que se comprende lo que se está diciendo. Aquí hay algunas que destacan:


  • Empatía: Esta habilidad permite a las personas comprender y experimentar los puntos de vista de los demás, incluso si no están de acuerdo con ellos. Es importante demostrar empatía utilizando frases como "entiendo lo que sientes" o "noto que...". El contacto físico también puede ser útil para demostrar empatía, pero debe usarse con precaución, ya que algunas personas pueden sentirse incómodas con él.

  • Parafrasear: Significa verificar o decir con las propias palabras lo que el emisor acaba de decir. Esta técnica es muy importante en el proceso de escucha, ya que ayuda a comprender lo que se está diciendo y permite verificar si realmente se está entendiendo y no malinterpretando lo que se dice.

  • Emitir palabras de refuerzo o cumplidos: Estas son verbalizaciones que refuerzan el discurso de la otra persona al transmitir que uno aprueba, está de acuerdo o comprende lo que se acaba de decir. Algunos ejemplos son "Me encanta hablar contigo" o frases menos directas como "bien", "umm" o "¡estupendo!".


Referencias Bibliográficas

Catalao, J.A.; Penim, A.T,; (2011) Herramientas de coaching. Editorial Lidel.

Yuste, F. (2010) Herramientas de coaching personal. Desclee De Brouwer, 4a Edición.

Whitmore, J. (2003) Coaching. El método para mejorar el rendimiento de las personas. Paidos, 3a Edición.

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