¿QUÉ ES EL ESTRÉS?
Lo podemos definir como una serie de reacciones fisiológicas, que sumadas preparan o adaptan a tu organismo para una acción física o emocional. Es una sensación de tensión. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que nos hace sentir frustrado, furioso o nervioso.
En ocasiones nos permite ser productivos, pero si es muy elevado, pudiera tener efectos positivos o negativos, depende de la capacidad de resiliencia y si no se supera conlleva una crisis, cuya respuesta es la ansiedad.
RESPUESTAS FÍSICAS ANTE EL ESTRÉS
EMOCIONALES
Pérdida de la energía física o psíquica.
Bajo estado de ánimo, apatía, pesimismo.
Temor a padecer enfermedades.
Pérdida de la autoestima.
Volubilidad emocional: pasa con facilidad de la alegría a la tristeza.
Inestabilidad, inquietud.
Tensión.
COGNITIVAS
Incapacidad para tomar decisiones.
Bloqueo mental.
Vulnerabilidad ante las críticas.
Confusión.
Se distrae fácilmente.
Olvidos frecuentes.
COMPORTAMIENTO
Tartamudear o hablar de forma atropellada.
Fumar y beber más de lo habitual.
Risa nerviosa.
Arrancarse el pelo nerviosamente / morderse las uñas.
Abusar de los fármacos (tranquilizantes).
Actividad física exagerada.
Desórdenes alimentarios.
QUÉ ES LA ANSIEDAD?
La ansiedad surge como respuesta ante una señal de amenaza o peligro, nos ayuda a enfrentar y responder ante las exigencias cotidianas. Puede ser acompañada de otros padecimientos como la depresión. Si se sobrepasa a un nivel intolerable o es imposible adaptarse a ella, puede afectar la vida y convertirse en un problema.
Se considera patológico, cuando es ante una amenaza inexistente o no justificada, con una respuesta excesiva y/o prolongada e interfiere con la efectividad de la vida diaria, impidiendo tener logros o supera la incomodidad emocional presente.
REACCIONES DE LA ANSIEDAD
REACCIONES FÍSICAS
Tensión muscular
Mareos
Sudoración
Presión arterial elevada o baja
Palpitaciones
Hipo o hiperventilación
Entumecimiento
Aumento de los reflejos
Temblor
Molestias digestivas
Aumento de frecuencia cardíaca
Urgencia de orinar
Diarrea
REACCIONES PSICOLÓGICAS
Intranquilidad
Nerviosismo
Preocupación excesiva y desproporcionada
Miedos irracionales
Ideas catastróficas
Deseo de huir
Temor a perder la razón y el control
Sensación de muerte inminente
RELACIÓN ESTRÉS-ANSIEDAD El estrés se inicia ante un conjunto de demandas ambientales que recibe el individuo, a las que deber dar una respuesta adecuada poniendo en marcha sus recursos de afrontamiento. La ansiedad, además de ser una respuesta emocional al estrés, puede ser una reacción emocional de alerta ante una amenaza que puede originarse sin agentes estresantes.
El estrés produce ansiedad, pero el individuo que padece ansiedad no necesariamente padece de estrés. RELACIÓN DE LA ANSIEDAD Y EL ESTRÉS CON LA ALIMENTACIÓN
Inestabilidad del peso corporal (relación hormonal y no sólo alimentaria)
Ingesta anormal de comida
Tendencia a comer a destiempo (cambios de hábitos alimenticios)
Tendencia a comer compulsivamente (atracones de comida)
Confusión entre hambre y emoción
Frecuente sensación de hambre
Sin sensación de hambre
Preferencia por alimentos hipercalóricos
TIPS PARA CONTROLAR LA ANSIEDAD
No pierdas de vista tus horarios de alimentación
Se consciente de tus sentimientos: No confundas ansiedad, estrés o depresión con hambre
No caigas en atracones y suple con actividades que te gusten
Aumenta el consumo de los alimentos y nutrimentos recomendados
Puedes optar por algunos tés relajantes como: valeriana, pasiflora, tila, manzanilla, menta, lavanda
Evita el consumo de bebidas estimulantes como: café, azúcares simples y bebidas energizantes
Higiene y salud mental: Mantente ocupado Despeja y distrae tu mente de situaciones estresantes o incisivas Realiza actividad física Haz algo que te guste Desarrolla tu creatividad
Platica con alguien que te brinde paz (círculo familiar y soporte emocional)
Acude con un experto en caso de ser necesario
NUTRIMENTOS Y ALIMENTOS RECOMENDADOS
Hidratos de carbono complejos: avena, amaranto, chía, pan integral, frutas con cáscara, verduras de hoja verde.
Proteínas de alto valor biológico ricas en complejo B: pescados, pollo, cerdo, res, huevo , leche, queso.
Hierro: carne, verduras de hoja verde, nueces, chocolate, arroz integral, alimentos de origen animal, huevo, ajonjolí, almendra, lechuga, tofú, leguminosas.
Zinc: nueces, chocolate, arroz integral, alimentos de origen animal, huevo, ajonjolí, almendra, tofú, leguminosas.
Prebióticos y probióticos: yogurt, quesos, bebidas lácteos fermentadas, fruta y cereales integrales
Agua de avena, amaranto y chía.
Antioxidantes: frutas de color amarillo a rojo, cítricos, semillas, lácteos y pescados.
Omega 3: pescados, algas marinas, ajonjolí, aguacate, linaza, chía, maíz, nueces, aceite de canola.
Alimentos ricos en triptófano: huevo, leche, cereales integrales, chocolate, avena, dátiles, cacahuate, plátano, calabaza.
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