Hablemos en las siguientes líneas sobre nutrición infantil preescolar y escolar, que abarca el período entre los 2 y 12 años aproximadamente. Es en este período de la vida en el que se establecen hábitos, gustos, preferencias y conductas que afectan la alimentación y nutrición con efectos a largo plazo.
Durante esta etapa el ritmo de crecimiento se desacelera notablemente en comparación con el del primer año, ejemplo de esto es el hecho de que la longitud del niño al nacer aumente en un 50% en su primer año pero no se vuelve a doblar hasta los 4 años. Esto es importante porque al disminuir la tasa de crecimiento también disminuye el apetito y la cantidad de alimento que se consume. Por otro lado, también se observan cambios en la composición corporal y en la silueta: en la edad preescolar disminuye el porcentaje de grasa corporal e incrementa la masa muscular pero en la edad escolar se da un rebote en la acumulación de grasa (alrededor de los 8 años), necesario para el segundo brote de crecimiento en la adolescencia.
A pesar de que el crecimiento no es tan acelerado, sí es continuo y además es una etapa en la que se desarrollan las habilidades físicas y motoras, así como la formación de hábitos y costumbres alimentarias. Es un período primordial en el desarrollo social, emocional y psicológico por lo que los momentos de comida deben nutrir no solo la parte física, sino también la convivencia familiar y social.

En esta etapa de crecimiento, los niños requieren muchos nutrimentos en proporción a su tamaño, ya que hay desarrollo de muchos tejidos (huesos, músculos, órganos, dientes) además de una gran actividad física, por lo anterior existe riesgo de deficiencias especialmente cuando hay falta de apetito en períodos prolongados, poca variación de alimentos o consumo de alimentos con poco aporte de nutrimentos.
¿QUÉ DEBE INCLUIR UN MENÚ PARA NIÑOS?
Las necesidades nutrimentales de los niños entre 2 y 12 años son las mismas que las del adulto (hidratos de carbono, proteínas, lípidos, vitaminas y minerales), lo que cambian son las cantidades, por lo que se deben seguir las recomendaciones de una alimentación correcta, tomando en cuenta que sus gustos pueden ser diferentes. Se recomienda utilizar variedad de alimentos, texturas, sabores y colores para obtener una buena nutrición.
Los niños suelen imitar lo que hacen los adultos, por lo que el principal reto en la alimentación de un niño es el de ser un buen modelo de estilo de vida saludable, así como encontrar el equilibrio entre respetar sus
decisiones y darle una alimentación correcta. Es común que los niños pequeños se estanquen comiendo un solo alimento sin querer probar cosas nuevas, sin embargo como padre puedes sentirte frustrado. La recomendación es que evites enfocarte en eso, sigue dándole lo mismo pero siempre incluye otros alimentos y ofrécelos, entre más lo quieras forzar, más tardará en cambiar, ya que también es una manera de mostrar su independencia. Tarde o temprano se hartará y probará otra cosa.
También suele ser complicado que los niños coman suficientes frutas y verduras y que cubran sus cinco porciones al día, por lo que sigue las siguientes recomendaciones:
Agrega verduras a sus alimentos favoritos. Por ejemplo: pera, durazno o zanahoria a los platillos de pasta, rebanadas de calabaza o champiñones en el sándwich o en el huevo revuelto, verduras en el puré de papa, etc.
Añade verduras a las sopas por ejemplo: al arroz, a la sopa de pasta o en sopas molidas de verduras (zanahoria, brócoli, coliflor).
En las colaciones ofrece verduras crudas que puedan tomar con los dedos, como zanahorias, jícamas, apio, pepinos, etc. Puedes prepararlo con algún dip o aderezo de yogurt.
Evita que las verduras queden muy aguadas o batidas, para ello es mejor dejarlas un poco crudas y con mejor consistencia (al dente).
Busca recetas para niños y cocínalas junto con ellos.
En caso de que no consigas que tu pequeño coma más verduras, agrega porciones de fruta, ya que es más fácil que la acepten. Sin dejar de insistir con las verduras en las siguientes tomas.

HÁBITOS DE ALIMENTACIÓN
En la edad preescolar los niños son como esponjas que absorben todo lo que les rodea, se impresionan fácilmente y están ansiosos por conocer y aprender, por lo anterior, debes aprovechar esta etapa para enseñar una actitud positiva frente a los alimentos y establecer hábitos saludables que le sirvan para el resto de su vida, incluyendo una alimentación correcta con horarios adecuados y cantidades reguladas por el hambre y la saciedad. El estilo de vida de los padres y cuidadores (familiares, guardería, etc.) influye en los hábitos de alimentación y actividad de los niños, por ello, es necesario que comiences por evaluar las
prácticas de alimentación y ejercicio de tu familia.
Una de las reglas más importantes en esta etapa de aprendizaje es el encargado del niño es el responsable de seleccionar los alimentos que come el niño y cómo se ofrecen, pero el niño es el responsable del cuánto, e incluso si no come. Esto significa que no debes forzar a tu hijo a comer de más, sino respetar su decisión al indicar que está satisfecho.
Como encargado de un niño, tus responsabilidades son:
- Seleccionar y comprar los alimentos.
- Preparar y ofrecer las comidas.
- Regular el horario de las comidas.
- Hacer agradables los tiempos de comida.
- Determinar el lugar donde se come.
- Propiciar que el niño participe en las comidas familiares.
- Checar la salud del niño y su influencia en el apetito o alimentación.
- Establecer las reglas de comportamiento en la mesa.
TIPS SENCILLOS QUE TE AYUDARÁN A FORMAR HÁBITOS ALIMENTARIOS SALUDABLES EN LOS NIÑOS
Establece horarios adecuados con una separación no mayor a 4 horas, de tal forma que se consuman tres comidas mayores (desayuno, comida, cena) y dos colaciones (a media mañana y media tarde).
Preparar al niño para comer: detener el juego antes de sentarse a comer, ya que comen mejor cuando están relajados. Fomentar las comidas con tiempo y en el lugar adecuado (sentados), de preferencia con el resto de la familia para enseñarle a comportarse con los demás.
Permite al niño participar en la preparación de las comidas según su edad, con esto será más fácil que prueben nuevos alimentos.
Evita premiar o castigar con la comida, pues se afectará su relación con la comida. También respeta que el niño se sirva sus porciones y no lo forces a terminar el plato. Una buena opción es utilizar vajilla para niños (plato, vaso y cuchara).
Presenta los alimentos de forma llamativa; colores, texturas y formas, recuerda que están conociendo el mundo y los alimentos deben antojársele.
Evita la TV y dispositivos electrónicos en el momento de la comida, establece el hábito de disfrutar en familia.
Aunque los niños suelen rechazar los alimentos o platillos nuevos, ten paciencia y presenta una amplia variedad de alimentos. Se considera que el niño necesita al menos de 8 a 10 exposiciones a un alimento para que lo acepte. Ofrece un alimento nuevo cada vez, de preferencia en un momento en el que tenga más hambre y con otros alimentos que ya conozca.
Evita preparaciones muy complejas, los niños suelen tener gustos más simples.
Da ejemplo de lo que quieres que coma el niño comiéndolo tú.
Limita el consumo de dulces, botanas y refrescos, sin prohibirlos. Es cuestión de cuidar la frecuencia con la que se consumen y no los uses nunca de premio. Lo ideal será tener uno o dos días en los que se puedan consumir en porciones pequeñas.
Enseña a tu hijo a tener hábitos de higiene adecuados: lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño, cepillarse los dientes, etc.
Ofrece opciones de comida para que el niño escoja pero equivalentes, es decir, ofrece dos o tres opciones de verduras, pan o tortilla o arroz, uno o dos guisados, para que el niño decida qué comer pero que su ingesta sea completa.

La mejor alimentación para los niños en edad preescolar y escolar, es una alimentación que cubra las características de la dieta correcta: completa, variada, suficiente, equilibrada, inocua y adecuada.
A estas propiedades añade diversión, hábitos y creatividad, para crear menús atractivos y llamativos.
ENFERMEDADES O PROBLEMAS FRECUENTES
En esta etapa del desarrollo, existen ciertos problemas frecuentes relacionados con la alimentación:
Alergias alimentarias. Existen dos tipos de reacciones adversas a los alimentos: alergias e intolerancias. La diferencia está en que en las alergias, el cuerpo produce células de defensa con memoria al alimento, por lo que la reacción será cada vez más fuerte, suelen desarrollarse a las proteínas de los alimentos como la leche, la clara del huevo y los mariscos. Los síntomas más comunes son vómito, diarrea, dolor abdominal,
hinchazón de labios, lengua y cara, sarpullido, entre otros. En el caso de la intolerancia, la reacción depende de la dosis del producto y los síntomas son muy variados y van desde la diarrea y la inflamación intestinal hasta el vómito y el sarpullido. En ambos casos, el tratamiento consiste en llevar un diario de alimentación por 5 a 7 días para identificar el alimento y poder eliminarlo de la dieta, los síntomas suelen desaparecer a más tardar en un mes. También se pueden hacer estudios de presencia de anticuerpos (en caso de alergia) y es necesario sustituir el alimento por otros que sean equivalentes y aporten los nutrimentos adecuados.

Caries. La prevalencia de esta afección es muy alta en nuestro país, en la Ciudad de México es de casi el 90% de los niños en edad escolar. Son muchos los factores que afectan al desarrollo de ésta, tales como: defectos en el esmalte, presencia de placa bacteriana, hábitos de higiene y alimentación. Se ha visto que a mayor consumo de azúcar simple, mayor es la prevalencia de caries sobre todo cuando se trata de bebidas azucaradas (jugos, refrescos, bebidas deportivas, etc.). La recomendación más obvia es disminuir el consumo de estos alimentos, en caso de hacerlo, que sea sólo durante las comidas y no en biberón. También se recomienda aumentar el consumo de agua y lavarse los dientes al terminar de comer.

Sobrepeso y obesidad. Es uno de los problemas más comunes en nuestro país y representa más del 30% de la población infantil. Es el resultado de un consumo excedente de calorías y una baja actividad física. Debe evitarse y tratarse, debido a que tiene muchas consecuencias físicas y psicosociales en el niño. Se ha visto que los niños obesos suelen aislarse socialmente, tener una imagen corporal alterada y limitarlos físicamente.
La principal preocupación es que se continúe con este problema en la edad adulta y que aumente el riesgo de enfermedades crónico degenerativas como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Son muchas las causas del sobrepeso infantil, desde los factores genéticos hasta los psicológicos (como
disfunción familiar), falta de actividad física, pasar mucho tiempo frente a la TV, entre otros.
El tratamiento consistirá en mejorar los hábitos de alimentación de la familia, aumentar el consumo de frutas y verduras, disminuir el consumo de grasas y azúcares y aumentar la actividad física. En este caso es necesario pedir ayuda a un profesional.

Anemia. En México la prevalencia de anemia en niños menores de 5 años continúa siendo elevada (23% aproximadamente). Afecta más a la población rural que a la urbana y el grupo de edad más afectado es el de 12 a 24 meses donde la prevalencia es de hasta 38%. Esto significa que casi una cuarta parte de los niños en edad preescolar presentan esta deficiencia, afectando su resistencia a infecciones, su desarrollo psicomotriz, crecimiento, aprendizaje y desempeño escolar. La principal causa de anemia en niños es el consumo inadecuado de hierro.
Lo más importante es saber que las necesidades nutricionales de cada niño varían dependiendo de su crecimiento individual, grado de maduración del organismo, actividad física, sexo y capacidad para utilizar estos nutrientes durante la infancia, una correcta nutrición durante la edad escolar es primordial para las familias, pues les permitirá a los niños crecer saludables mientras adquieren buenas prácticas alimenticias.
En los planteles educativos los niños tienen mayor acceso a la comida “chatarra”, lo que provoca que adquieran hábitos incorrectos y gustos por comida no saludable para niños, pues los alimentos y las bebidas que ofrecen disminuyen la ingesta de ingredientes más indicados para la salud.
Es muy importante que los niños aprendan a diferenciar las comidas que benefician su organismo de aquellas que solo son un antojo para el cuerpo y que perjudican su salud, pues el abuso de estos alimentos es una de las principales causas de enfermedades como la obesidad y la diabetes a nivel mundial.
Entre los alimentos que denominamos chatarra se encuentran las golosinas, las gaseosas y la comida rápida, estas son ricas en hidratos de carbono y grasas, lo que en exceso puede causar diferentes enfermedades; esto no quiere decir que deban estar completamente fuera del alcance de los niños, pero lo recomendable es consumirlos sólo en ocasiones especiales y esporádicamente.
Durante el periodo preescolar y escolar, los niños aún se encuentran en etapa de desarrollo, y necesitan cubrir grandes requerimientos energéticos y nutricionales durante su periodo de crecimiento. Llevar buenas prácticas alimenticias les ayudará al aprendizaje y creará hábitos específicos que los acompañarán durante el resto de su vida, determinando en gran parte su ingesta calórica y la selección de sus alimentos.
Por último, recuerda que la actividad física es otro factor fundamental, la OMS recomienda a los niños dedicar al menos 1 hora diaria de alguna actividad recreativa como andar en bicicleta, jugar en el parque, patinar, nadar, bailar o jugar futbol. Evita el sedentarismo en tus hijos y motívalos a realizar algún deporte de forma divertida.

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